Por primera vez Malba muestra claramente a Guttero como un protagonista clave en la escena cultural y artística de la modernidad de principios del siglo XX, desde una excelente acción curatorial representativa de nuestro incipiente siglo XXI.
Alfredo Guttero.
Un artista moderno en acción
Del viernes 1 de septiembre al lunes 30 de octubre del 2006
Malba - Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires - Colección Costantini
Av. Figueroa Alcorta 3415, Ciudad de Buenos Aires
Curador: Marcelo Pacheco, Curador en Jefe.
Diseño y montaje de la exposicion: Gustavo Vásquez Ocampo
Duración 02:34
Hoy, jueves 31 de agosto, con una práctica curatorial de una narración y organización impecables de Marcelo Pacheco, el curador en jefe del museo, y el auspicio del Banco Galicia, el MALBA inaugura "Alfredo Guttero: Un artista moderno en acción". Esta actualizada exposición presenta al público la figura de Guttero en su doble dimensión: artista y protagonista central en la escena cultural de la modernidad, en las primeras décadas del siglo XX.
Duración 02:13
La muestra se divide en dos partes. La primera reúne una selección de cuarenta obras del pintor realizadas entre 1904 y 1932, abarcando lo más importante de su producción desarrollada en Europa y en la Argentina. Se trata de un conjunto de óleos y yesos cocidos que muestran los diferentes momentos de su trabajo: sus cambios de estilo y sus múltiples intereses y fuentes artísticas entre la pintura, la escultura y las artes decorativas desde la Antigüedad hasta el siglo XX y desde París hasta Viena, Munich, Florencia y Buenos Aires, a través de sus distintas y constantes preferencias por el retrato, el desnudo, las composiciones alegóricas, las escenas ciudadanas, los paisajes urbanos, los autorretratos y los temas religiosos.
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La segunda parte de la exposición busca reconstruir los aportes de Guttero como actor cultural desplegando ejemplos de sus acciones y proyectos combinando textos, obras, revistas, postales, catálogos y otros materiales documentales de época. En este sentido, la muestra reúne junto a los trabajos del propio Guttero un conjunto selecto de obras de otros veinte artistas que participaron de sus propuestas e iniciativas como Raquel Forner, Victor Cunsolo, Lino Spilimbergo, Luis Falcini, Alfredo Bigatti, Pedro Figari, Xul Solar, Miguel Victorica y Norah Borges.
Guttero tuvo la capacidad de reunir en torno de su figura a un grupo importante de pintores y escultores, convencido de que sólo las iniciativas conjuntas y permanentes lograrían actualizar las artes plásticas de la Argentina y el debate local sobre el arte moderno. Pettoruti, Borges, Butler, Pirovano, Figari, Spilimbergo, Xul Solar y Sibellino participaron de las experiencias del Salón de Pintores y Escultores Modernos. Otros, como Victorica, expusieron por primera vez gracias a la iniciativa de Guttero y, en el caso del uruguayo Barradas, fue aquél quien organizó en Buenos Aires su primera retrospectiva. Coppola y Falcini fueron sus amigos de siempre. Y junto a Forner, Bigatti y Domínguez Neira creó los primeros cursos libres de enseñanza artística.
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En esta línea de trabajo, la exposición de Malba busca establecer la posición de Guttero como un modelo de artista latinoamericano moderno, según indica Pacheco; uno de los principales testigos de la transformación del campo artístico regional y del complejo proceso de modernización estética que caracterizó a ese período.
El objetivo, indica el curador- es materializar entre obras, documentos y materiales expuestos, entre textos y recursos museográficos, un guión que actualice para el público las decisiones y los conflictos existentes para un pintor argentino en el marco de la modernidad de principios del siglo XX. Guttero condensa en su figura muchos rasgos característicos de aquella coyuntura histórica: su primera formación local, su larga estadía en Europa y su regreso a América Latina; su asimilación acelerada de la historia del arte y de las primeras vanguardias a través de estudios formales y aleatorios; (...) su duplicidad de actuar al mismo tiempo en dos espacios, trabajando en su lugar de residencia europeo y participando a la distancia en la escena de su país natal; sus mezclas de estilos, temas, técnicas, significados y referencias, (...); su rol activo en las batallas de lo artístico y en sus relaciones con la sociedad.
Guttero y el mundo cultural porteño
Guttero viajó a Europa en 1904 y regresó a la Argentina veintitrés años después, en septiembre de 1927. Durante ese tiempo, además de continuar con su trabajo realizando pinturas y yesos cocidos, mantuvo contactos permanentes con nuestro país: intercambio epistolar con su amigo Luis Falcini; participación en los salones oficiales de 1912, 1915, 1917 y 1919 y en el Salón Nacional de Artes Decorativas de 1918; apoyo público a los reclamos por la renovación de las instituciones culturales del Estado; contacto con colegas para conocer el desarrollo artístico argentino y difusión de sus piezas a través de críticas en revistas locales tales como Martín Fierro.
Asimismo, mientras residió en Europa, Guttero presentó exposiciones individuales en galerías alemanas e italianas y participó en diferentes muestras colectivas, además de ser cofundador de la Asociación de Artistas Argentinos en Europa en 1917. Dos años después firmó un petitorio dirigido al presidente Hipólito Irigoyen para la reorganización de la Comisión Nacional de Bellas Artes.
Cuando llegó a Buenos Aires para inaugurar su primera muestra individual en el país, Guttero tenía la intención de quedarse poco tiempo, ya que finalmente había instalado su taller en Italia. Sin embargo, decidió establecerse aquí y se alineó junto a quienes buscaban de modos distintos, poner al día las artes plásticas. Al poco tiempo participó de la Feria del Boliche de Arte que dirigía Leonardo Estarico, donde estaban representados muchos de los que serían sus futuros compañeros: Raquel Forner, Emilio Pettoruti, Antonio Sibellino, Xul Solar, Aquiles Badi, Juan Del Prete y Antonio Ballester Peña, entre otros. Inmediatamente, la crítica lo ubicó como un artista de vanguardia.
Ya instalado, Guttero se convirtió en uno de los referentes fundamentales del medio cultural local, ligado a la renovación artística, y en abierta oposición a las instituciones oficiales, con una postura crítica de los mecanismos instituidos de distribución, promoción, consagración y consumo artístico. Tal como escribe Patricia Artundo en el texto de su autoría incluido en el catálogo de la muestra, desde su acción individual Guttero eligió una estrategia grupal que fuera capaz de forzar los límites establecidos y ejerció una crítica activa a la estructura verticalista oficial Comisión Nacional, Museo Nacional y Academia Nacional de Bellas Artes encargada de seleccionar y consagrar, establecer los mecanismos de distribución y asegurar la transmisión de una determinada práctica artística.
Desde esta posición, organizó exposiciones de otros pintores y escultores; promovió proyectos editoriales; planificó un programa de cultura para los barrios de la ciudad de Buenos Aires; formó parte de la Agrupación de Artistas Camuatí y de su revista, fue asesor de Amigos del Arte y dirigió la sala de la Asociación Wagneriana; sostuvo una circulación múltiple enviando obras a los salones oficiales de Buenos Aires, La Plata, Rosario, Santa Fe y Paraná, donde obtuvo premios y reconocimientos; alentó la circulación de exposiciones entre Buenos Aires y Montevideo e insistió sobre la necesidad de ampliar las relaciones con Brasil. En 1929 creó el Nuevo Salón que, en sus distintas variantes como Salón de Pintores Modernos, inauguró regularmente hasta 1931, y en 1932 fue uno de los fundadores de los Cursos Libres de Arte Plástico. Entre sus actividades, Guttero también apoyó proyectos como la colección de postales de arte argentino editada por Amigos del Arte y la publicación de la monografía sobre Pedro Figari escrita por Jorge Luis Borges.
Además, durante su estancia en Buenos Aires, el artista recibió numerosos premios tales como el de 1929 en el Salón Nacional y el que logró dos años después con su trabajo Anunciación en la First Baltimore Pan-American Exhibition (Estados Unidos).
Esta obra luego fue donada al Museo Nacional de Bellas Artes.
Simultáneamente, Guttero trabajaba en su obra pintando, haciendo yesos cocidos y dibujando con diferentes materiales: acuarela, témpera, carbonilla, tinta y lápices de cera. Su producción atravesaba y combinaba diferentes motivos: paisajes, retratos, desnudos, composiciones alegóricas, escenas costumbristas, y sus series temáticas clásicas: las iconografías religiosas, las bañistas y las imágenes urbanas.
El coleccionismo de clase media y su disputa con Antonio Berni
Dos ejes centrales de la presencia de Guttero en Buenos Aires que se ven reflejados en esta exposición- fueron, por un lado, su relación con el nuevo coleccionismo de clase media porteño y, por otro, su polémica con otro protagonista moderno: Antonio Berni.
Uno de los cambios más relevantes de los años veinte fue el surgimiento de una clase media culta, profesional e independiente, que comenzó a consumir en el mercado artístico, interesándose por la pintura moderna, un ámbito del cual formaba parte Guttero así como también Figari, Victorica y Cunsolo.
Este movimiento coleccionista impulsó la creación de un espacio alternativo de circulación y difusión del arte local, liderado en sus comienzos por Atilio Larco y Constancio Fiorito.
Por otra parte, es importante destacar las disputas de la época al interior del grupo de artistas modernos. Aún cuando todos ellos se oponían al arte oficial, buscando anular los circuitos tradicionales de exhibición y proponer una nueva relación entre arte y público con nuevos temas y estilos -rompiendo así con la hegemonía del centro y con las pautas clásicas del consumo artístico porteño-, entre los mismos renovadores aparecieron diferentes posturas.
Antonio Berni, por ejemplo, acusaba al grupo nucleado alrededor de Guttero de ser artistas burgueses y reaccionarios, en oposición a su sector que representaría a los artistas militantes de la revolución. En este marco, Patricia Artundo ha propuesto la lectura de la obra Oda, de Guttero (1932) como una respuesta pública a la pieza Susana y el viejo, presentada por Berni unos meses antes en Amigos del Arte.
Alfredo Guttero cerró una década que había estado marcada por la irrupción, desenvolvimiento y expansión de los movimientos de renovación artística y obligó con su acción a una redefinición de los criterios de homologación y a la convalidación de la existencia del movimiento moderno en nuestro país, sugiere Artundo.
La exposición y el catálogo
Malba presenta Alfredo Guttero.
Un artista moderno en acción como una producción que se enmarca en el conjunto de muestras de figuras clave en la historia del arte argentino que viene realizando el museo, tal como fueron las de Jorge de la Vega, Antonio Berni y Xul Solar.
Se trata de propuestas con guiones curatoriales renovados, que trabajan en el campo de las exposiciones no sólo como ámbitos de exhibición de obras sino también y especialmente- como un lugar del relato, de la narración, en donde se pone en discusión a los artistas; se describen momentos históricos; se revisan batallas entre grupos culturales, etc.
Es en este nuevo contexto que la muestra de Guttero adquiere significación. Con sus cualidades recicladas y potenciadas por la práctica curatorial, la exposición de arte aparece hoy como una forma narrativa y un dispositivo de edición idóneo para presentar al público la figura de Alfredo Guttero. (...), señala Pacheco. Y agrega: Convertidas en el dispositivo por excelencia de la práctica curatorial, las exposiciones de arte modificaron su razón de existencia y sus funciones. Dejaron de ser un medio en suspenso, un hospedaje a la espera de contenidos y se convirtieron en un gesto activo de marcación; cambiaron el acento puesto en su virtud de formato dúctil hacia su reconocimiento como una forma de escritura. Desde entonces, la exposición de arte se presenta como una práctica ligada a un campo de relaciones, al enunciado de posiciones que se ajustan modificando y provocando tensiones y abriendo interrogantes. El efecto exposición no se agota en su eficacia para exponer resultados, sino en su intervención sobre la teoría del arte, sobre la producción y las narraciones de lo artístico.
El catálogo (bilingüe español / inglés) que acompaña a la muestra viene a marcar una nueva referencia bibliográfica en el campo de la historia del arte del siglo XX en la Argentina. Se reproducen allí, a color, las 40 obras que forman parte de la exposición y se presenta una exhaustiva cronología biográfica realizada por Patricia Artundo.
Además, el catálogo incluye la reedición de dos de los textos fundantes de esta nueva visión de Alfredo Guttero -los ensayos de Artundo y María Teresa Constantín- que hasta ahora habían tenido una circulación restringida a ámbitos académicos y especializados. También se presenta un ensayo escrito especialmente para esta ocasión por Marta Inés Fernández, basado en la técnica de yeso cocido de Guttero y orientado a sus obras del Museo Nacional de Bellas Artes.
Biografía
Alfredo Guttero (Buenos Aires, 1882 1932) es uno de los artistas clave de la historia del arte argentino. Sus pinturas y yesos cocidos, técnica personal inventada por el pintor en 1927, constituyen un cuerpo de obras que lo ubica entre los principales protagonistas de la renovación cultural ocurrida entre fines del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX en lo que los historiadores llaman la modernidad.
Guttero pasó la mayor parte de su vida profesional estudiando y trabajando en Europa, especialmente, en París y con breves residencias en Alemania, Austria e Italia, y viajando por diferentes ciudades de España, Inglaterra, Francia y Suiza. Después de más de dos décadas de ausencia, finalmente, en septiembre de 1927, regresó a Buenos Aires, donde desplegó una intensa actividad hasta el momento de
su muerte en diciembre de 1932.
Durante esos cinco años en la Argentina, Guttero se dedicó a trabajar en su obra y a exponer en los salones nacionales y provinciales de bellas artes que se extendían por el país, así como a inaugurar muestras individuales y a participar de exposiciones colectivas. Pero, al mismo tiempo, se convirtió en un hombre de acción destinando gran parte de su tiempo y esfuerzo a diseñar y desplegar estrategias y planes de lucha con el objetivo de afirmar la presencia del arte moderno en la Argentina y para enfrentar los aspectos más reaccionarios y conservadores del ámbito artístico local. Guttero fue asesor de la Asociación Amigos del Arte y director artístico de la sala de exposiciones de la Asociación Wagneriana; participó en varias publicaciones especializadas y de vanguardia; fue miembro de la Agrupación de Artistas Camuatí y autor en la revista homónima; propuso un programa de barracas desmontables de exposiciones, sus girantas, que debían recorrer los barrios porteños; organizó exhibiciones individuales de sus colegas, participó de jurados de admisión en salones oficiales; firmó cartas y petitorios públicos dirigidos contra la burocracia institucional reclamando modificaciones de política en el Museo Nacional de Bellas Artes y la Comisión Nacional de Bellas Artes; apoyó proyectos editoriales renovadores enfocados en la historia del arte argentino; buscó fortalecer los intercambios de exposiciones e información con intelectuales y artistas de Uruguay y Brasil; se comprometió con la actualización de la enseñanza y fue cofundador de un taller libre; creó nuevos modelos de salones y novedosos circuitos de visibilidad para los pintores y escultores nuevos fundando y organizando periódicamente el Salón de Pintores Modernos presentado en Buenos Aires, La Plata, Rosario y Montevideo.
Actividades de Extensión Cultural
Acompañarán a la exposición diferentes actividades culturales:
1) Encuentro con el curador Marcelo Pacheco
Viernes 1 de septiembre a las 18:00. Sala de la exposición.
2) Encuentros cara a cara
- Buenos Aires, la ciudad de los 30. Modernidad, crecimiento y destrucción.
Por Raúl Piccioni
Jueves 7 de septiembre a las 18:00. Sala de la exposición
La ciudad de Buenos Aires a fines de los 20 y principios de los 30 reflejó los contrastes de un proceso de modernidad. Alfredo Guttero, Horacio Coppola, Xul Solar, Jorge Luis Borges, Leopoldo Marechal, entre otros, caminaron la ciudad rescatando una imagen sensible de ésta, reflejando, en secuencias fragmentarias, el nuevo paisaje urbano y la permanencia de sus vestigios hispanos.
Este proceso fue acompañado por una ebullición en el campo artístico. La emergencia de espacios culturales alternativos, asociaciones y revistas literarias se constituyeron como estrategias para posicionar al arte moderno en el campo artístico local y regional. En este sentido, Alfredo Guttero funcionó como catalizador de diversas acciones culturales y, a su vez, Coppola registró con su cámara la ciudad cuando, en 1936, se hizo definitivamente moderna.
Raúl Enrique Piccioni es arquitecto y Licenciado en Historia del Artes (UBA) y Magíster en Investigación Histórica (Univ. de San Andrés). Docente e investigador de la Carrera de Artes (FF y L. UBA); docente de Historia de la Arquitectura en la carrera de Arquitectura (FADU-UBA), de Historia del Arte en el Colegio Nacional de Buenos Aires (UBA) y de Ciudad y Arquitectura en la Tecnicatura en Historia del Arte (UMSA). También es investigador del Museo de la Ciudad (CGBA) y autor de numerosos trabajos relacionados con el arte público, la historia de la arquitectura en la Argentina y la historia del urbanismo en Buenos Aires. Es miembro fundador del Centro Argentino de Investigadores de Arte (CAIA).
- Alfredo Guttero. Técnica pictórica: yeso cocido. Por Marta Inés Fernández
Jueves 5 de octubre a las 18:00. Sala de la exposición.
Guttero fue un admirador de los grandes maestros del arte clásico; de su disciplina, su forma y su técnica. Fue también un gran entusiasta por la escultura y buscó siempre la pintura en ella convencido, según su manera de sentir, que ésta debería ser un bajorrelieve colorido.
Guttero renueva y combina con su hacer, antiguas y elaboradas expresiones técnicas poseedoras de materiales aparentemente incompatibles.
Marta Inés Fernández es profesora Nacional de Bellas Artes en Dibujo, Pintura y Escultura. Fue becada para continuar estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de París, y estudió Conservación de Obra de Arte y Diagnóstico por Imagen aplicado a la Obra de Arte en Florencia, Italia. Realiza una actividad oficial como Conservadora/Restauradora de colecciones en el Museo Nacional de Bellas Artes y en el Museo Histórico Nacional del Cabildo y de la Revolución de Mayo. Además, brinda asesoramiento, realiza diagnósticos por imagen y ejercita tratamientos de conservación-restauración a obras de diversas colecciones privadas, tanto de nuestro país como del exterior.
3) Conferencia en sala- Las estrategias de los artistas modernos: Alfredo Guttero y el Nuevo Salón. Por Patricia Artundo
Jueves 21 de septiembre a las 18:00. Sala de la exposición.
En 1929, en las salas de la Asociación Amigos del Arte, tuvo lugar lo que se conoció como el Nuevo Salón, una exposición que -bajo el liderazgo de Alfredo Guttero- reunió a aquellos artistas que se sentían protagonistas de la renovación plástica: Borges, Butler, Del Prete, Xul Solar, Pettoruti, Pirovano y Victorica fueron algunos de los convocados.
El Nuevo Salón fue el producto de una estrategia grupal que buscó actuar en los espacios públicos y privados con el objetivo de producir un cambio en los hábitos visuales del público y de la crítica de arte en general. Recibida como una manifestación de la vanguardia, sin embargo, esta exposición y las que la siguieron, sirvieron para re-situar a algunos de sus protagonistas como la expresión acabada del arte moderno durante la década de 1930.
Patricia M. Artundo es Doctora en Letras por la Universidade de São Paulo. Docente-investigador de la Universidad de Buenos Aires, es autora, entre otros libros, de Mário de Andrade e a Argentina, Actuar desde el arte: el Archivo Atalaya, y Norah Borges: obra gráfica. Ha sido curadora de varias exposiciones, entre ellas, Xul Solar. Visiones y revelaciones; A aventura modernista de Berta Singerman; Artistas modernos rioplatenses en Europa: la experiencia de la vanguardia; La Biblioteca de Xul Solar. Es curadora de Libros Especiales y Manuscritos de la Fundación Pan Klub; asesora de Proyectos Especiales de Fundación Espigas y Miembro del Steering Committee del Proyecto Documents of 20th-Century Latin American and Latino Art - A Digital Archive and Publications Project, organizado por The International Center for the Arts of the Americas, Museum of Fine Arts, Houston.
4) Curso
Alfredo Guttero. La experiencia europea y el compromiso con el arte moderno en Buenos Aires. Por María Teresa Constantin
Sábados 23 y 30 de septiembre y sábados 7 y 14 de octubre. De 11:00 a 12:30. Costo: $60 curso completo. Inscripción: personalmente en Malba. Se entregarán certificados de asistencia.
La serie de encuentros Alfredo Guttero. La experiencia europea y el compromiso con el arte moderno en Buenos Aires, se centrarán en el recorrido biográfico y la producción pictórica del artista. Ambos aspectos serán considerados en si mismos al mismo tiempo que dialogarán con los problemas ideológicos entendidos como las ideas políticas, filosóficas y formales- de la época, de modo que los diferentes discursos aparecerán entrelazados con la producción estética. Así, serán revisados la historia y las diferentes preocupaciones artísticas de la primera mitad del siglo XX, en Europa: la tradición y la persistencia del simbolismo, la fortuna de las vanguardias y la recuperación de la figuración, el realismo crítico y la nueva objetividad, en Alemania y el Novecento en Italia.
En el mismo sentido serán abordados el impacto que produjo la modernidad de Buenos Aires, la inserción y las batallas dadas en el espacio del arte argentino y el diálogo y alianzas que Guttero pudo establecer con los artistas -como el grupo de Paris o los artistas de La Boca, entre otros -, cuando se produzca su regreso al país.
María Teresa Constantín. Historiadora y Crítica de Arte. Egresada de la Escuela del Museo Louvre, Paris. Ha trabajado en museos de Francia, España y Argentina. Es miembro de la Comisión Directiva del CAIA (Centro Argentino de Investigadores de Arte). Investigadora independiente, formó parte de equipos de investigación para la realización de diferentes exposiciones. En 2006, fue curadora de la exposición Cuerpo y Materia. Arte argentino entre 1976 y 1985, en el espacio Imago de la Fundación OSDE. Es autora de diversos ensayos y artículos especializados y acaba de publicar: Carlos Gorriarena. Edit. Fundación Mundo Nuevo, Buenos Aires, 2005 y Los Surrealistas, Longseller, Buenos Aires, 2005, (ambos en colaboración con D. Wechsler). Ejerce la Crítica de Arte en diferentes medios nacionales e internacionales y ha colaborado en diversos proyectos editoriales. Fue jurado en diferentes premios a las artes visuales.
5) Visitas guiadas
Lunes, miércoles, jueves y viernes a las 17:00. Sábados y domingos a las 18:00.
Programación sujeta a modificaciones.
Relacionados:
* Malba, presentación de la exposicion: ver
* Malba, Programa de educación: ver
* Guttero, pintor de la modernidad
nota de Alicia de Arteaga para La Nación: ver
3 comentarios:
Muy buenos los videitos! Supongo que los hiciste con un permiso o una autorización (se que la pena en caso de hacerlo de prepo es la amputación de un par de dedos. Quizás exageré un poco). Me gustó el post, no conocía nada de Guttero!
Hermoso post! Llegué aquí buscando a Guttero en el Google al ratito no más de llegar de la muestra y encontré tu maravilloso blog. Felicitaciones, Angie! Aquí estoy reviviendo esta singular muestra. Me gustaron enormidad los videos. GRACIAS POR COMPARTIRLOS EN LA WEB!!!! Pupita
Hola. Queriamos felicitarlos por su blog. Muy interesante. Ademas queriamos comentarles que lanzaremos nuestro primer álbum-libro titulado Dei Fragmenta, que contendrá obras como Futural (esc) e Hibakusha [Pika-Don], entre otras.
La edición del disco se completa con un libro adjunto (fuera del booklet del CD) que narra la historia de la obra musical Futural (esc). De esta manera, Dei Fragmenta ofrece una narración con reminiscencias científicas que rozan la metaciencia al mejor estilo de Aldous Huxley, pero agregando un entramado poético profundo al modo William Burroughs.
Reseña del libro: El sistema binario ya derrocó al capitalismo.
Los binarios crean un nuevo mundo -real e imposible- dentro de este mundo, seduciendo a los hombres con una imagen de gran poder de persuasión similar a la Esfinge. Esa esfinge binaria dará a luz a los hijos del Nova Mundis, cuyos padres -sin saberlo- son los hombres.
Una historia filosa y consistente en donde la acción se desarrolla de manera no convencional, hurgando en el impacto como verdadera metáfora de lo humano. Nítidos fragmentos de lo sexual, lo poseído y lo artístico se vinculan entre un pasado cerrado y un futuro delgado, acumulando guías de un presente ansioso por dejar atrás el tiempo y la mentira.
Saludos cordiales
Dei fragmenta
http://myspace.com/deifragmenta
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