martes, octubre 18, 2005
Fundacion PROA
Nos escribe Victoria Noorthoorn !
Queridos todos,
Es una enorme alegría invitarlos a las dos próximas exposiciones que se inauguran en Proa (Avenida Pedro de Mendoza 1929)
este sábado 15 de octubre a las 13 hrs:
"Rosemarie Trockel", una importante exposición individual de la gran artista contemporánea alemana, en la cual participé como coordinadora e investigadora,
y "De Rosas, Capullos y Otras Fábulas", una exposición de mi propia curaduría en la cual participan los artistas trabajando desde la Argentina: Jane Brodie, Aili Chen, Mariana Cortés, Flavia Da Rin, Marina De Caro, Martín Di Girolamo, Inés Drangosch, Ana Gallardo, Guillermo Iuso y Florencia Rodríguez Giles. Esta muestra es el resultado de un taller realizado en Córdoba sobre la obra de Trockel, que resultó en giros propios de maravillosa contundencia....
estoy muy entusiasmada con lo sucedido y por lo tanto espero puedan venir!!!
Sería una real fiesta tenerlos!
Las exposiciones inauguran el sábado 15 de octubre a las 13 horas.
Los esperamos!!
Abrazos y todo lo mejor!!!!
Victoria (Noorthoorn)
Fundación Proa, primer piso vista de la instalación
Fundación Proa presenta dos muestras de arte contemporáneo, una de la artista alemana Rosemarie Trockel y “De Rosas, Capullos y Otras Fábulas” de un grupo de artistas argentinos. Estas dos exhibiciones dialogan entre sí dado que es la muestra de Rosemarie Trockel y su presencia en Argentina lo que motivó a realizar un taller de trabajo sobre su obra, coordinado por Victoria Noorthoorn.
Rosemarie Trockel,(n.1952) una de las artistas más críticas y fundamentales del arte contemporáneo alemán presenta por primera vez en la Argentina un conjunto de obras donde se destacan dibujos, instalaciones, fotografías y video que dan cuenta de la diversidad y riqueza del territorio plástico de la artista. La valoración de Trockel en la escena internacional se debe a que su trabajo explora la metamorfosis del sujeto. Artista y arquitecta, Trockel dedicó su arte provocador a desmitificar la figura del artista-genio hombre confrontándolo con roles y motivos típicamente femeninos, posicionándose en aquella escena artística predominantemente masculina de los años ‘80. La Documenta X, en Kassel, la 48° Bienal de Venecia en 1999, la EXPO 2000 en Hannover y una exposición retrospectiva individual en el Centre Pompidou de París en el año 2000 fueron sólo algunos de los importantes hitos en su exitosa carrera. La artista es una dibujante incansable, sus dibujos y collages (realizados mediante todas las técnicas posibles; lápiz, bolígrafo, acuarela, computadora), sus instalaciones, fotografías y grabados presentan una fuerza imaginativa desbordante.
Rosemarie Trockel es la estrella del arte contemporáneo en Alemania.
Esta exhibición se organizó conjuntamente con el ifa / Instituto para las Relaciones con el Extranjero y el Goethe-Institut Buenos Aires.
“De Rosas, Capullos y Otras Fábulas”, curada por Victoria Noorthoon, presenta a los artistas Jane Brodie, Aili Chen, Mariana Cortés, Martín Di Girolamo, Flavia Da Rin, Marina De Caro, Inés Drangosch, Ana Gallardo, Guillermo Iuso y Florencia Rodríguez Giles.
Esta exposición es el resultado del proceso de diálogo y experimentación del que participaron los artistas en base a las afinidades existentes entre diversos escenarios del arte contemporáneo internacional –en este caso, entre el trabajo de Rosemarie Trockel– y el de cada uno de ellos.
“De Rosas, Capullos y Otras Fábulas" se gesta a partir de un taller de encuentro e intercambio sobre la obra de Trockel que mantuvieron estos artistas durante dos días. Conjuntamente diseñaron esta nueva experiencia cuyo objetivo es acercar a la escena local las problemáticas de la transformación y la metamorfosis, la subjetividad como un proceso resultante del cambio contínuo, y lo femenino, a través de una variedad de técnicas donde predomina la instalación in situ. Todos los trabajos presentados fueron realizados especialmente para esta exhibición.
ROSEMARIE TROCKEL “S/T” (Máquina de pintar y 7 dibujos), 1990
Figura clave del arte contemporáneo alemán, Rosemarie Trockel (n. 1952) irrumpió en una escena artística ampliamente dominada por grandes figuras masculinas hacia fines de la década del ’70, que incluía a Anselm Kiefer, Martin Kippenberger, Sigmar Polke, y Gerard Richter, entre otros. Desde temprano, en compañía de Mónica Spruth, primero colega artista y luego su galerista, se interesó en el lugar de la mujer tanto en el mundo del arte como en la vida cotidiana. Frecuentemente viajaban a Nueva York, ciudad en la cual la mujer artista cobraba una voz cada vez más vigorosa, como en los casos de Barbara Kruger, Jenny Holzer, o Cindy Sherman, todas notoriamente activas y visibles. En esa época, Trockel ya era una prolífica dibujante, al tiempo que realizaba sus primeros films y esculturas, que ocuparían gran parte de su producción en la década del ’80 junto a sus emblemáticas Pinturas tejidas. Por su parte, los ‘90 serán años de contínua indagación en el dibujo, la instalación, y el video, las disciplinas principalmente presentes en esta exposición.
La exposición Rosemarie Trockel incluye una selección representativa del dibujo y el video en Trockel, así como sus Pinturas tejidas (1992, 2002) y la prominente Máquina de Pintar (1990). Dibujo y video son aquí tanto obras en sí mismas como medios de exploración y propuestas, donde puede apreciarse la indagación de Trockel en los temas que principalmente la motivan. Entre éstos, la metamorfosis ocupa un lugar central. De imagen en imagen, Trockel transmuta al hombre en mono, al mono en hombre, al hombre en celebridad o incluso en monstruo o en animación. Es notorio el caso de su video Buffalo Milly + Billy (2000), donde no sólo se da un fluir de irónicos hombres-monstruos cuyos disfraces remiten al mundo infantil (o incluso primario), sino que aquí el dibujo se superpone al video convirtiendo a la filmación en una fascinante animación. Este constante devenir, tanto del hombre como del medio utilizado, refieren a la imposibilidad de establecer con certeza una identidad fija.
En la serie de dibujos “B.B./ B.B.” (1993), Trockel trata el tema puntual de la identidad. Estos dibujos combinan los retratos de Bertold Brecht y Brigitte Bardot, posibilitando la creación de una imagen intermedia, “entre” estas figuras. Y al mismo tiempo, en estas obras, Trockel explora una temática que le fascina: el fenómeno de la celebridad, que como la marca, o el logotipo, son signos fuertes, cargados, y así perfectos para la deconstrucción que la artista procede a realizar sobre los mismos.
Trockel se resiste al dogma, en todas sus variantes, cuestionando preconceptos y lugares comunes. Entre sus exploraciones, cuestiona fervientemente dos situaciones: las categorías legitimadoras del sistema del arte, y los estereotipos construidos en torno a lo femenino.
En sus numerosos dibujos, Trockel invalida la noción de estilo, al proponer giros entre uno y otro, al pasar del comic al documento a la ilustración, o de la pincelada suelta al puntillismo. Así se niega a ser encasillada en una caracterización estática que pueda ser legitimada. Pero asimismo, en su Máquina de Pintar (1990), Trockel cuestiona los mecanismos de autoría en la pintura. Con su marco de hierro del cual cuelgan numerosos pinceles realizados con cabellos de sus colegas artistas - cuyos nombres aparecen identificados- la Máquina de Trockel produce dibujos que contienen las marcas de ocho pinceles / cabellos en simultáneo. Así debate irónicamente la noción de “marca de autor” en tanto instancia legitimadora del arte, mientras establece la paradójica posibilidad de la obra grupal bajo su propia autoría.
A través de la referencia a la máquina, Trockel cuestiona la situación de la mujer en el arte y en la vida cotidiana. Pues la artista constantemente revierte los preconceptos de lo mecánico como masculino, y lo artesanal como lo femenino, cuando en sus obras propone cruces entre estos conceptos usualmente disociados. Por ejemplo, sus Pinturas tejidas están realizadas mecánicamente a partir de un diseño digital. Así, Trockel une el tejido típicamente asociado al mundo de la artesanía femenina, con la máquina, aquella instancia asociada al trabajo del hombre. Y postula la posibilidad de una mujer conceptualizada desde el mundo del trabajo. Descoloca tanto una como otra referencia para tornarlas sinsentidos. Y aplica estos cruces entre géneros constantemente, como cuando recurre a la moda o al peinado para explorar tipologías sociales; o cuando aplica la clave minimalista—en un gesto típicamente masculino—a obras con hornallas eléctricas asociadas al mundo de lo femenino.
En la obra de Rosemarie Trockel estamos frente a una postura entre femenina y feminista, siempre distante y objetiva respecto de su sujeto de estudio. Esta distancia Brechtiana le permite proponer contínuamente una resignificación de lo dado, de lo legitimado y establecido, para postular la transformación misma y el continuo cuestionamiento como claves de su concepción del mundo.
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