martes, junio 27, 2006

Botero en el MNBA

El Museo Nacional de Bellas Artes, el Museo Nacional de Colombia y la Asociación Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes presentan una muestra del pintor colombiano Fernando Botero

El dolor de Colombia en los ojos de Botero

Inauguración martes 27 de 19 a 21 hs

del 28 de Junio al 13 de Agosto
MNBA - Museo Nacional de Bellas Artes
Av. Del Libertador 1473, Ciudad de Buenos Aires
La muestra podrá visitarse hasta el 13 de agosto, de Lunes a miércoles de 12.30 a 19.30 hs. Jueves y viernes de 12.30 a 21.00 hs. Sábado de 9.30 a 21.00 hs. Domingo de 9.30 a 19.30 hs.

Se cobra entrada, jubilados y menores de 12 años exentos.
Martes gratis


El Museo Nacional de Bellas Artes, que hace doce años albergó una gran muestra de pinturas y esculturas de Fernando Botero, presenta ahora medio centenar de sus dibujos y pinturas inspirados en el tema de la violencia en Colombia, realizados entre 1999 y 2004. Estas obras provienen en su totalidad del Museo Nacional de Colombia, y conforman la donación que el artista efectuó hace dos años al Museo mayor de su patria, sumadas así al largo centenar de obras de Botero que ese Museo ya poseía y que lo han ubicado como en el mayor referente para poder apreciar la fértil trayectoria del artista.

No hay mejor y más incisivo testimonio de la criminal inutilidad de la violencia que el que van dejando las imágenes de los artistas visuales a lo largo de la historia. Así, las visiones de Bruegel sobre las guerras de Flandes, los pavorosos grabados de Goya sobre los desastres de las guerras napoleónicas, los de los expresionistas alemanes sobre las dos contiendas del siglo XX y -cómo no- el insoslayable alegato del "Guernica", son pruebas evidentes de la intensidad de esos testimonios, que nos gritan a través de los siglos y los países el mismo y repetido mensaje del "¡nunca más!". Hoy en día, en que contamos con el registro inmediato e inapelable de la fotografía documental, los artistas visuales, sin embargo, siguen entregando sus propias versiones y sus personales obsesiones sobre ese flagelo que continua azotando y vistiendo de rasgos apocalípticos nuestra realidad contemporánea.

(foto*) Dos continuidades, pues; la de la violencia que nos agravia y nos agobia, y la del arte que la testimonia. Botero, por su parte, no pretende exacerbar el horror; por el contrario, su objetivo es atenuar la agresión de la cruda imagen testimonial derivándola hacia una descripción figurativa afín a su ideología y a su estilo -"yo estaba en contra de ese arte que se convierte en testigo de su tiempo como arma de combate", ha dicho-. Y lo hace con una ejecución mucho más basta y urgida que lo habitual, sobre todo en los óleos, a través de la cual parece decirnos que, frente a la escalada de violencia que padece desde hace décadas su noble país natal, no le es posible esperar más para entregar la correspondiente denuncia de su parte. Denuncia que, sin embargo, nunca deja de ser intransferiblemente ´boteriana´, en tanto se presenta construida con la constante seducción de su ingenuidad popular, los contrastes de escala y sus típicos personajes hinchados -`ese mundo amable que yo pinto siempre´-, aunque en este caso aparezcan cargados de puñales y heridas, balas y ataúdes, ametralladoras y lágrimas. A primera vista, es cierto, extraña la pareja inexpresividad en torturadores y torturados, un poco a la manera de tantos sansebastianes renacentistas, impávidos y extasiados a pesar de los flechazos. Pero es a través de la perduración de la máscara inocente de esos personajes asombrados, hasta hace un momento alegres y despreocupados, y que ahora aparecen como muñecos rotos, violados, despedazados, como Botero prefiere transmitirnos la tragedia de lo injustificable. Como si un niño de ojos grandes lo retratara a los adultos que no saben ver, como si se tratara de inexorables juegos bélicos con íconos cibernéticos manejados por irresponsables o –más exactamente- como si nos lo volviera a contar Anna Frank, inocentemente, desde su ático de Amsterdam; cuentos terribles que se desgranan ante nosotros con pasmosa naturalidad. Frente a esta nueva serie de Botero podríamos hablar de integración original entre una ´nueva objetividad´ posmoderna y el difuso `realismo mágico´ que sobrevuela la adjetivación habitual de su poética, tan afín a las atmósferas narrativas de su compatriota García Márquez. Algo así como haber logrado tejer secuencias de un tema muy duro enhebrando conjuntamente los hilos de la crónica con los de la ilusión.

"Agradezco muy especialmente a la Ministra de Cultura de Colombia, Sra. Elvira Cuervo de Jaramillo, al Museo Nacional de Colombia y a su directora, Sra. María Victoria de Robayo, a la Embajada de Colombia en Argentina, a SAM Productions, a DAEFA y a la Asociación Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes el haber hecho posible la presentación de esta serie en nuestro museo." Alberto G. Bellucci, Director MNBA


LINKS RELACIONADOS


Fernando Botero Paints Abu Ghraib, fotos de Botero con sus obras recientemente realizadas que representan los horrores sufridos por los U.S guards de los cautivos de la prision iraquí Abu Graib

Asociacion Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes

MNBA - Museo Nacional de Bellas Artes

"El dolor de Colombia en los ojos de Botero" asombra a Buenos Aires. El Observador, Caracas

* “Soy una víctima indirecta de la violencia de mi país” Página 12

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